Esto no es un cuento, ni una reflexión escrita más o menos bonita ni nada de eso. Es solo...un pensamiento que se me vino a la cabeza mientras lloraba a mares y mi hermano se reía de mí. Nada fuera de lo normal, en realidad.
Es sabido que soy una llorona, y si no lo sabía, ya lo sabe. Todo me hace llorar, aunque no me afecte directamente, puedo llorar por minutos eternos por cosas que a cualquiera le parecerían tonterías. He llorado en la calle, en el metro, en el bus, en la universidad tratando de que nadie me vea, en mi casa, bajo la cama, en el patio, en el baño, ¡en el colegio lloré un montón solo pregunten!, en fin. Me han tratado de loca, de ridícula, de sentimental, de débil, como sea; he tratado de arreglar lo que mucha gente supone algún problema psiquiátrico o qué sé. Pero no se puede, adiós.
El punto central es que, era uno de esos llantos normales, yo tumbada en la cama mientras mi hermano se reía. Pero hay veces en las que estoy segura de que mi lloriqueo es justificado, y esta era una de esas veces.
¿La razón?
Iris. Iris es mi perrita, hace poco dio a luz a seis cachorritos.
Lo que sucede es que los perritos recién están abriendo los ojos y toman leche a lo loco y a lo tonto. Hasta ahí bien, nunca le presté mayor atención porque Iris no se queja, nada más los lame hasta que se quedan dormidos. Hoy se me ocurrió acercarme a mirar y....tiene los pezones y todo el estómago en general muy dañado, con cicatrices, mordidas y rasguños (los perritos tienen unas garritas bien finitas). Y lágrimas, lágrimas por montones.
¿Por qué?
Pues, primero que nada, Iris no llora ni aleja a los cachorros por mucho daño que le estén haciendo. Se echa a su lado y los limpia. Acude siempre a su llamado y...bueno, a las mujeres también les pasa un poco; eso de cuando amamantan se hacen algo de daño en los pechos pero...por lo general están con sus hijos casi toda la vida. En cambio a mi perrita la separarán de sus cachorros en un mes a lo más.
Si viera usted la cara que pone cuando toman uno de sus pequeños, cómo se acerca a ti para tratar de quitártelo con el hocico, la manera en que llora cuando ellos lo hacen, cómo corretea a la gata (antes su mejor amiga) para que no se acerque a sus bebés....
¿Puede usted imaginar lo destrozada que estará cuando tengamos que regalar a los cachorros?
Ella es madre y le van a quitar a sus hijos. Ella ve, desde su perspectiva, una casa enorme en la cual podrían crecer; pero nosotros no podemos mantenerlos. Ella no los sabe, pero un día se llevarán a sus hijos. Ella no comprenderá por qué falta uno, dos, tres...ella no comprenderá a dónde se han ido cuando la caja blanca esté vacía.
Tal vez soy una emocional, una llorona, pero creo que hoy es uno de esos días donde tuve una razón para llorar.
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Iris, lo siento mucho.
De verdad lo siento mucho.
:'( me hiciste llorar u_u pero llorar como solamente lloro cuando llora Pikachu en la película de pokémon! Asi de mucho! Pobre Iris O_Q
ResponderEliminarsí, al final todo fue muy extraño, cuando se fueron su cachorritos no pareció afectada. Pero ahora, siempre que ve una caja o cachoritos (o incluso cuando mi gata tuvo gatitos) se desespera y quiere ir con los pequeños, como que le recuerdan los suyos.
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