jueves, 14 de abril de 2016

Mi otra vida

Yo era huérfana y mendiga y vivía en un bosque así que no estaba en eso que llaman s i t u a c i ó n d e c a l l e, era un pueblo pequeño donde los hombres se emborrachaban y las mujeres trataban de criar a los hijos solas como podían (como en todos los pueblos). Un día llegaron los de terno y corbata y dijeron que ese era un buen lugar para construir y yo le pedí al alcalde que no aceptara porque las cenizas de mi mamá estaban en esparcidas por toda esa tierra y no podían hacer casa sobre el cuerpo de mi mamita. El pueblo lo vendieron y todos tocaron aunque sea una porción, el día en que eso pasó la cantina se llenó y hubo dos muertes. 

Luego empezaron a irse, arrendaron dos camionetas grandes y ahí fueron apretándose con lo puesto, y solo quedaba yo y a una vieja le di pena y me dijo que me fuera con ella, que  tenía un buen trabajo para mí en la capital. Me emocioné y me puse a llorar, le dije que me esperara un segundo y con una bolsa plástica partí más al fondo del bosque, donde estaban llegando las maquinarias y materiales para la construcción, con mis manos escarbé la tierra y puse todo lo que pude en la bolsa para llevar a mi mami a la capital conmigo. 

Me di vuelta y choqué con un palo y de pronto me cayó arena en la cabeza, mucha mucha arena y yo traté de apartarla para salir e irme a la capital donde había un trabajo solo para mí, pero la arena me fue aplastando y me llegó a los pechos y después al cuello. Al final tuve que cerrar los ojos, hace rato que había soltado la bolsa con el cuerpo de mi madre, la arena me entró a la boca sin darme espacio para respirar o pedirle ayuda a la señora que probablemente ya se había aburrido de esperar.

Morí asfixiada y desperté.