lunes, 9 de marzo de 2015

Fiesta sorpresa para ti en el infierno

Estás en el baño de ese local de comida que tanto te gusta, por abajo de la puerta está ese espacio que siempre te pone nerviosa; te da pudor pensar que otra puede entrar al baño y pillarte con el calzón color crema talla XXL por los tobillos. Pero hoy es tu día de suerte, parece que nadie vendrá. 

De pronto, una gota de sangre cae al piso, frente a ti, al otro lado de la puerta.
Sientes que vas a morir porque el aire se rehusa a quedarse en tus pulmones.

A ALGUIEN LE DEBE HABER LLEGADO LA REGLA
A ALQUIEN LE DEBE HABER LLEGADO LA REGLA
Te repites una y otra vez, desesperada.
A ALGUIEN LE DEBE HABER LLEGADO LA REGLA
A ALQUIEN LE DEBE HABER LLEGADO LA REGLA
Unos disparos y un golpe.

A ALGUIEN LE DEBE HABER LLEGADO LA REGLA
A ALQUIEN LE DEBE HABER LLEGADO LA REGLA
Se escucha una risa y sus ecos y tú dejaste de respirar hace mil millones de años atrás.

A ALGUIEN LE DEBE HABER LLEGADO LA REGLA
A ALQUIEN LE DEBE HABER LLEGADO LA REGLA

Los sonidos se detienen, pero tú te quedas sentada en el váter unos minutos más, sin poder moverte. Después de un rato te resignas a ser la que descubra el cuerpo sin vida; o, si tienes suerte, al cuerpo herido.
Sales del cubículo armándote del valor.
¡Sorpresa!
En el suelo hay un puré de carne y sangre y tú te acercas con miedo pero entonces te da risa, ¡porque eres tú!: es tu cara la destrozada y es tu cerebro el que se sale por tu oreja. 
¡Estás muerta!

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