lunes, 16 de febrero de 2015

Recreo

Debí sospechar que había algo raro cuando dieron las una de la tarde y nadie gritaba que tenía hambre. Bajé las escaleras y todos en la casa estaban durmiendo, me reí en voz alta, pero nadie despertó. Les dije que pararan su weá, les tiré agua, le pegué una patada a mi papá, nada.
Salí afuera, no veía a nadie.
Tal vez estaba soñando, no me importaba realmente. Me saqué la ropa y estaba lloviendo, se sentía bien.

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