martes, 23 de diciembre de 2014

Feliz Navidad

Cuando empiezan a pelear, tengo que sentarme en el sillón y esperar hasta que se calmen. A veces, ladro cuando se muerden y arañan, no me gusta cuando pasa eso; pero incluso si tengo hambre, no puedo hacer mucho más que observar y llorar un poquito.
¿Por qué peleará esta gente que vive junta?
No es que necesite una respuesta, a pesar del nerviosismo que me causan algunas cosas en esta manada, me siguen dando mucho cariño y me bañan con agua caliente. Además, hay mucho que sigo sin entender; hoy por ejemplo, después de sacarse pedazos de pelaje y llorar y rascar puertas, se juntó la mitad de la manada a bailar alrededor de un árbol, a colgarle pelotas brillantes y a poner un ángel en la sima. Por curiosidad los miraba, el árbol no es árbol, huele a plástico y a rabia.

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