jueves, 27 de noviembre de 2014

Personificación

Uno de mis objetos mágicos favoritos es la goma de borrar, que se deshace en migas que desaparecen en el cosmos después de una soplada, que jamás se acaba y que cuando va a morir, desparece. Porque nunca se sabe lo sentimental que pueden ser las personas con los objetos y no vaya a ser que te pongas a llorar porque no encuentras tu goma de borrar; así, se pierde con todas esas puntas de portamina 07 adentro, como balas cariñosas. Se manda a cambiar para no desequilibrar más la balanza de la felicidad, vuela para volvernos un poco locos mientras pensamos en las posibilidades.

Pero no, es pura magia, como la mayoría de las cosas.

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