jueves, 27 de noviembre de 2014

ABC1

Pablo Pedro Domingo José era un cuico al que no se le entendía lo que hablaba porque tenía una tremenda papa en la boca. Un día, en la desesperación de hacerse entender, sintió como si la papa le estuviera subiendo y bajando por la garganta; ante la felicidad de deshacerse de ella, empezó a hablar lo más fuerte y rápido que podía. ¡Qué pavo el Pablo Pedro Domingo José!, uno no tiene que alegrarse cuando tiene paros cardiacos.

Como sea, está muerto.

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