miércoles, 14 de mayo de 2014

Visita

He allí un padre, quizás algo cascarrabia, tiene la cara de quien experimenta sorpresa y resentimiento. Seguramente no le habían venido a saludar hace tiempo, pero vamos, que es difícil viajar hasta este pueblecito de mierda en la mitad de la nada, se disculpa el hijo agachándose a peinar unos cuantos cabellos rebeldes. No hay caso.

—Viejo, ¿y si te corto el pelo?—No espera respuesta, vino preparado, saca las tijeras para cortar el pasto y se pone manos a las obra.

Hace mucho calor y hay un aire tétrico, allí en el cementerio.

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