El hombre malo la golpeaba siempre que podía, el hombre malo la violaba, el hombre malo tenía mal aliento, el hombre malo llegaba con olor de otra mujer, el hombre malo gastaba el dinero en alcohol, el hombre malo la tenía encerrada, el hombre malo era su esposo.
El hombre malo le había dado un hijo maravilloso, el hombre malo había ensuciado a su hijo maravilloso, el hijo maravilloso la golpeaba, el hombre maravilloso violaba, el hijo maravilloso tenía mal aliento, el hijo maravilloso llegaba con muchas mujeres tristes, el hijo maravilloso gastaba el dinero en alcohol, el hijo maravilloso no le ayudaba a salir, el hijo maravilloso nunca fue un hombre malo como su esposo. Según ella.
¿Por qué no dejas al hombre malo?, le preguntaban sus estrellas y su propio reflejo, demacrado.
Paciencia, se pedía a sí misma, a su cuerpo.
El hombre malo enfermó, enfermó porque era un hombre muy malo, y la maldad fue consumiendo su cuerpo lentamente. El hombre malo aullaba de dolor en su cama, transpirando sangre y vomitando gusanos que los médicos no podían ver; pero el hijo maravilloso podía ver, y volvió a ser un hijo maravilloso de verdad, aunque tuvo que ir a la cárcel unos cuantos años tras confesar. Ella también podía ver los desechos del cuerpo sufriente. Ella no decía nada.
Le daba de comer y beber al hombre malo, le ponía pañales al hombre malo, y cuando este le pedía piedad, que lo matara, ella le ponía una cuchara de arróz en la boca, y cuando él moría de pura voluntad, ella lo revivía con esos besitos de aire de pulmón.
Lo veía llorar y lo veía sufrir, lo escuchaba pedir la muerte a gritos, lo sentía hacerse pequeño de humillación. Venganza, llamó a esos meses de su vida.
Cuando se aburrió, lo dejó cagado, sediento y hambriendo. Compró un pasaje para irse muy lejos y vivió eterna felicidad.
----
*aquí la imagen
**si usted es víctima de este tipo abuso, avise a los carabineros o a su policía local, por favor. Le envío muchos abrazos y el amor del mundo entero.

No hay comentarios:
Publicar un comentario