El crimen organizado haya su oasis en medio de la nada, en los pequeños pueblos a mitad de carretera: ideales son aquellos que están a dos horas o más de alguna capital importante, ciudades tumores que se quedan con lo peor del cuerpo, acumulando y acumulando recuerdos basura hasta volverse una gran herida anexada a algún órgano vital.
Entran a las casas en las noches claras, toman lo que desean, dicen los garabatos que quieren, y luego, los dueños los invitan a tomar un tecito.
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El título porque estaba escuchando "la gata".Sí, por eso.
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