—No te entiendo, tú sabes que los actores son unos muertos de hambre—Le recriminó él, sin verla a los ojos, creyéndo que ganaría como siempre .
—Te aclaro, solo algunos terminan muertos de hambre.
—Mejor estudia algo últil.
Ese día terminó con su prometido, porque no quería nada que le hiciera de ancla a la hora de navegar hasta sus sueños: ser la mejor actriz de todas. Por esto mismo, cuando fue aceptada en el papel de "Lichita" para la nueva novela de las cuatro, no dudó en ir a la casa de él para refregárselo en la cara. Lo encontró con otra mujer, pero no le importó, sabía por las muecas de aburrimiento que él hacía constantemente que en realidad, se moría por volver con ella. No le dio el gusto, por supuesto.
Lichita era una niña anoréxica que se enamoraba de un emparedado de palta-jamón-queso. El problema es que cada vez que se lo comía lo vomitaba para así seguir viviendo su amor prohibido e incomprendido por la sociedad. Ella lo único que deseaba comer era su emparedado, pero al mismo tiempo, no quería hacerle daño; un argumento trabajado, profundo y de alto contenido intelectual.
Una novela exitosa, por lo demás. Subieron la demandas de palta, jamón y queso, así como la del soundtrack de la serie; todo aquello se vendía como pan caliente, que se iba en un suspiro también, pues era imprescindible para hacer los anhelados emparedados de palta-jamón-queso.
Luego de seiscientos capítulos, Lichita casi sufre un infarto cuando leyó en el guión que se moría. Pero no le quedaba de otra que morirse, pues ese era su trabajo.
Así, el cuatro de agosto del veinte-trece, a las cuatro de la tarde murió Lichita. Y con Lichita se fue Claudia, la mujer que interpretaba a Lichita pero de la cual nadie se acordaba.
Murió de hambre.
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La imagen es "Familia de arlequín", de Pablo Picasso.

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