Ella es pequeña,
una gota de miel cristalizada a voluntad,
de manos
y de estatura pequeña
de pequeños ojos para esconder su alma y sus secretos y sus sueños
y sus pensamientos y sus
pequeñas-o eso espero-pesadillas
y sus bellos ojos.
Tan pequeña,
¿para entrar entre mis brazos?
—No lo creo
¿para entrar en los brazos de otros?
—Tal vez
¿para qué?
—Para evitar los brazos.
Ella es pequeña, pero tiene labios gruesos
los que tengo que sacar a rastras de mis reflexiones
También tiene una cascada de chocolate que nace de sus ideas
inquietas,
de las que calla dulcemente, con rabia
de esas que a veces se caen a gotas.
Qué manera tan curiosa de pensar tienes,
cómo amo tu manera de pensar.
Ella es tan pequeña,
pero cada una de sus palabras hace un eco escandaloso en mi
cerebro
tengo su voz de cristal incrustada en mi oído, a ver qué tanto
puede ella llenar mi corazón.
Ella es pequeña, pero de algún modo
ha hecho de mí alguien muy grande
y sin embargo,
de algún modo,
me siento tan diminuta.
Ella es pequeña, pero es grande
y aun cuando no está, puedo sentir su enorme presencia
su enorme ausencia.
Ella es pequeña, aunque devore montones de palabras
y tenga ese inmenso intelecto
que deja muda a las personas que son pequeñas de verdad.
Pequeña, se pequeña para escapar de otros brazos
pequeña para entrar en cada uno de mis sueños
pequeña, de ojos pequeños para ignorar mis palabras
que siempre son para ti
pequeña, de dedos pequeños para no alcanzar a escribir un teamo de
más
pequeña, se pequeña para siempre
para que no te pique la curiosidad de levantar tu mentón
y salir volando.
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