domingo, 11 de octubre de 2015

Dos palomas

culiando arriba del letrero que dice cambio de andén, y abajo una pendeja sin cachar lo que está pasando sobre ella; sin mirar al hoyo en el techo de la estación trinidad (cielo), se come unos cubanitos y piensa los únicos cubanos que me importan, y después se ríe de su estupidez y se siente gringa culiá, o sea muy mal y racista de mierda. Se quiere tirar al andén por alguna tontería que solo a ella le importa.
Dos palomas culiando como palomas, a saltitos y a braceos plumíferos, a ronroneos sucios y a pluma suelta. Una pendeja comiendo como pendeja, sin saborear y tragando de pura ansiedad.

Siento tibia la nuca y no quiero ni moverme, porque sé exactamente por qué huele a mierda y por qué se me pasaron las ganas de comer.

Las palomas, culiás, siguen culiando como palomas arriba del letrero que dice cambio de andén.