sábado, 28 de marzo de 2015

Tradición

El borracho tradicional no haya un lugar en el Santiago de Chile del 2015 del siglo XXI. Las cosas, simplemente, no son tan sencillas como antes. Suspiros. Ya no se puede estar cura'o en la calle de la capital sin que los dejen tranquilos: les roban, les mean encima, los miran con asco, los juzgan en silencio hasta que se les forma una joroba de mugre, les roban. ¡Y si no huelen bien!, y si no huelen bien los ojos y bocas llenos de asco de los transeúntes se retuercen como lombrices destapadas.

Yo a veces los veo en la vereda, miserables, sin ser humanos. Sin ser nada; un papel cagado en el suelo hediondo a vómito.
Bacán.
Los detesto, cociéndose al sol y a la lluvia, gritándole a sus hijas y esposas. Gastándose el sueldo entero con los amigos, peleando con los amigos, reclamando con los amigos.
Pero, trato de calmarme; me recuerdo que todos vamos a  morir y-uno dos tres-la sonrisa me vuelve a la cara.

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