martes, 23 de diciembre de 2014

Resistencia

No sé qué pretendían cuando nos pusieron nombres de muertos, ¡BRUJERÍA!, rituales malintencionados para poner almas ajenas en la piel que se nos había asignado, ¡MALDITOS!, no nos quisieron nada nunca desde el inicio; nos planearon como substitutos temporales hasta que las almas caídas se afirmaran en nuestros cuerpos oxidados por el esfuerzo de la personalidad doble y el estigma social. Pero, ¡NO NOS DEJAREMOS VENCER!, pegaremos patadas a seudónimos y apodos ridículos que todo el mundo odia, nos defenderemos a mordiscos y haremos de estos cuerpos un asco inhabitable. Corroeremos esas almas intrusas con la putrefacción de nuestras mentes hasta que nuestras lágrimas sean puro veneno y nuestra saliva se solidifique en filetes de carne muerta, caeremos por nuestra propia imprudencia y enfermedad. Cerraremos los ojos y nos los podremos abrir más por las lagañas, se taparán nuestras narices y dejaremos de respirar. 
Moriremos, pero seremos nosotros muriendo, solo nosotros y una guerra entera. Quién sabe, tal vez hasta podamos ir a reclamarle a los dioses.

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