domingo, 16 de noviembre de 2014

Mi abuela me vio comerme la última lámina de queso, pero yo no me di cuenta

así que cuando me dijo que era una goloza me concedí el lujo de preguntar por qué y ella me respondió

—¿Y tú lo preguntas?, el queso te lo comiste tú

y no supe si reír o llorar o volver a hablar de la teoría de las coincidencias y el pañuelo para los mocos de la alergia, que es el mundo.

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