Probablemente había encontrado la cura del cáncer, o de la enfermedad de moda: el ébola. Porque eso hace uno cuando se ducha, resolver los misterios del minúsculo universo que habitamos, ¿sionó?. Sin embargo, en medio de la celebración de mi descubrimiento, se acabó el gas y empezó a salir agua fría.
Y se me olvidó la weá.
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