jueves, 15 de mayo de 2014

Ausencia

No estás, pero cuando no estás
yo tampoco estoy.
Cuando no estás
hay algo que ruge y algo que llora,
pero cuando no estás
hay algo que llama y calla
y que no es la boca.


No, no estás, pero cuando no estás
¿hay algo que esté?


¿Dónde estás
cuando no estás, aun no estando?
¿Y cuándo estarás?


¿Qué lugares se benefician con tu presencia?
¿Qué personas tocaron hoy tu hombro sin querer y no comprendieron
el dulce dolor
de tenerte estando?
porque no estás, pero a veces, casi estás
e invitas a estar a todas tus sirenas;
latientes, dolientes, sonrientes, nerviosas, curiosas, coquetas y alegres.
Y cuando estés,
¿qué será de todas ellas?


Ahora que no estás y no estás:
¿dónde hallarte?
¿qué puerta debo tocar?
¿en qué lugares estás?
¿en qué lugares estoy?
¿y mi mente?
—Allí donde estés.


¿Y dónde estás?


No estás.
Pero cuando no estás
me doy cuenta que estuviste,
y te extraño hasta que duele
hasta que bebo cada gota del recuerdo de tu estadía
hasta que no estás, pero estás.
Cuando estás para mí y puedo ser feliz.


Y ahora que no estás, pero no estás:
¿en qué estás pensando?


Deseo saber
si por un momento
allí donde tú estás,  no estás
que no estés y estés conmigo
pensando en el minuto en que las dos estemos.
Porque no estás, pero cuando no estás
yo tampoco estoy
ni soy
ni parece que pudiera llegar a ser.