¿Dónde estás, poeta social, cuando te necesito?
es preciso que me complementes, que yo no soy nada de eso,
no vaya a ser que termine hablando de mi madre por defender al pueblo que se reía de mí.
Qué buena es mi madre y qué malos son los dioses,
me alegro que el amanecer conste de una buena quemadura de sus vestidos,
y el anochecer en un clavado en agua petrólea,
se lo merecen por jodidos, y por hacerle daño al pueblo.
Pelemos también a ese pueblo que le hace daño al pueblo,
metámonos por el ano a la sociedad un ratito,
que mucho se han reído de nosotros,
pero nada más,
no vaya a ser que termine hablando de mi madre.
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