sábado, 9 de noviembre de 2013

¡No te lo pongas!

 
Están bien las flores, incluso las lágrimas; los abrazos quejumbrosos, el clima veraniego, las flores, sobretodo las flores por montón: aunque estén deshojadas o marchitas, aún si son todas de esos colores insípidos que tanto te gustan. Está bien que te escondas en un rincón porque no quieres saludar a nadie y tienes miedo, está bien que te aferres a los brazos de esa tía que apenas recordabas, está bien que llores en su hombro, está bien que no quieras acercarte a la tarima, que no puedas encontrar tus zapatos y estés asustada, asustada de toda esa gente que no ves hace tanto tiempo y ahora atiborran esa capilla sucia y oscura.

Todo está bien, pero por favor, deja de lado el funeral; no sueñes con tu propia muerte cuando el día anterior me dijiste que, tal vez, era tu turno de morir.

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