Hay un mar, allí se ahogan los abusados, donde no puedes respirar en el agua; no es culpa del agua, sino de lo abusados, que tienen problemas para respirar. Les atraviesan un cuchillo de plata y los hacen sentir culpables de homicidio, los obligan a nadar a la deriva, sin ofrecerles ayuda; les dan direcciones a gritos, botellas vacías para enviar mensajes,
pero no hay papel
ni lápiz
ni voluntad.
Hay un mar, allí se ahogan los abusados, y su ombligo hay una isla donde de vez en cuando van a naufragar; donde se los come la desesperación, donde les llueve locura, donde pierden la razón y beben del agua que no hay que beber
y le encuentran sabor a lágrimas.
En el mar, allí donde se ahogan los abusados, ahogarse es suicidio.
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la imagen es de Emil Nolde.

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