viernes, 31 de mayo de 2013

Poeta ebrio



Mi papá me contaba este cuento en donde muchos volantines debatían quién era del color más bonito. No les pienso contar el relato entero, porque es mío; un recuerdo que se va y se devuelve justo en los momentos de crisis. Y no se los pienso dar.

(Lo que pasa es que siempre cambiaba la historia y si trato de contarla terminaría enredándome, y enredándolos sin amarrarlos y sin tener cordones ni manos para ayudarles a salir de tal desorden)

El punto es que a veces ganaba el azul, porque es el color del cielo y sin importar cuantas nubes haya bajo él, el azul siempre está allí arriba; otras, ganaba el rojo porque es el color de la sangre y muy muy secundariamente, del amor; algunos días ganaba el amarillo porque es el color del sol y ese tipo nos manda a todos.

Todo dependía de cuántos tragos llevaba encima.

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vocabulario
volantín: así se le llaman a los cometas/papelotes en Chile.

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