En Santiago de Chile no es extraño ver panfletos que piden clemencia, comprensión y solidaridad a la hora de encontrar un perro perdido.
Que se le extraña, que su nombre era este, que solía hacer esto, que tiene tal cosa que lo diferencia, que hacía tal gracia, que su pelaje, que lo amábamos, que es de mi pequeño y no queremos mentirle aún, que estaba enfermo y si no vuelve le puede pasar algo, que era la regalona, que por favor, que está en blanco y negro pero era de color, y en el caso más desesperado; se ofrece recompensa.
Aquí entran ellos, una organización criminal que suele robar perros y los mantiene cautivos hasta que la familia afectada agrega con plumón al cartel que anuncia la pérdida:
"Se ofrece recompensa"
Entonces ellos entregan el animal y obtienen ganancias.
O esa es la idea.
Esa era la idea.
¡Si tan solo entregaran las mascotas!
Pero, ¿qué se le puede hacer?, pasa el tiempo y cuando llega la hora de la verdad, ya se han encariñado con los pequeños.
En Santiago de Chile hay un lugar donde están todos los perros perdidos y llorados, y sinceramente, están mucho mejor ahí.
No se preocupe más por su perro, si se ha perdido por más de un año, y ya ofreció recompensa, felicidades. Cuéntele a su hijo o hija las buenas nuevas.
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