jueves, 14 de febrero de 2013

Verdad



No recuerdo cuantos años tenía en ese entonces, pero era grande para ser chica y muy chica para ser grande.

Solo sé que ese día desperté sabiendo algo que me rompió el corazón.

¿Por tuve que abrir los ojos para encontrarme con esto?

Me quedé mirando la pared de mi, en ese entonces, morada habitación, creí que lloraría, merecía la pena llorar por eso, pero no pasó nada, solo tenía un amargo sabor en la boca producto de una frase que sentía atascada en la garganta.

“Era tan obvio”

En pijamas me levanté, debía ser temprano, porque no escuchaba a nadie en la cocina, ni la tele prendida, nada, solo el sonido de mis pies descalzos sacudiendo el segundo piso entero a medida que avanzaba a la escalera, la bajé de dos en dos, osea, en dos pasos y el último escalón lo salté, no era tan alto, pero mi corazón palpitaba repleto de la adrenalina del conocimiento, del saber, del terror que produce el saber.
La cerámica estaba fría, pero seguí caminando, llegué hasta a la habitación de mis papás.
Mi mamá tiene esos instintos de gata, terribles, y a penas puse un pie en su pieza pegó un salto en la cama, y como mi papá es un saco de papas,  se despertó por su brusco movimiento.

-¿Qué pasa?-Como siempre, ella se asustó y temió lo peor.

Un momento de tensión.
¿Qué sucedería cuando se los dijera?
¿Cómo reaccionarían?

-¿Pasa algo?-Ahora mi mamá estaba realmente preocupada, mi papá parecía estar despertando de verdad.
Debía decirlo, pronto, porque si lo seguía reteniendo en la boca, esta volaría en mil pedazos.

-El viejito pascuero no existe, ¿verdad?-Lo dije y sonó absurdamente verdadero, ¿cómo podía no existir?, y sin embargo, no existía, esa mañana lo supe.
Mi padre rechistó y volvió a cubrirse con las mantas.
-Al fin-Murmuró contento-Solo falta tu hermano.
En cambio ella se quedó muda, paralizada.
Y se puso a llorar.
-¿Qué?-Me alarmé.
-Ya no hay vuelta atrás.
-¿Por qué lloras mamá?
Yo nada comprendía.
-Ya no eres una niña.
Solo sabía que el viejito pascuero habían sido mis padres todo este tiempo.
-Lo siento mucho
Y que nada volvería a ser como antes.

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