La sangre del lirio amarillo
es un aroma que se sienta en todas las sillas de la casa,
cuatro flores y un capullo
llorando su lenta muerte sobre la mesa;
me abrazo al tallo de su mala suerte
celebro el olor de su funeral silencioso.
El amarillo es un buen color,
se va apagando con cada mirada,
y como no se ve nada de sangre
nadie nos acusará de nada.
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