sábado, 26 de octubre de 2013

Rituales cotidianos


Un baño de media hora, dándote el lujo de olvidar a los países que no tienen agua, ni gas, ni una ducha, y todas esas cosas que de vez en cuando te anuda un par de cordones en torno a la garganta. La idea es purificarte al cien por cien, relajarte y despertar, cantar tal vez, pensar mierda. Sales de la ducha y te secas con cuidado, o con prisa, tal vez te afeitas o te depilas, haces caras frente al espejo y te tomas los pellejitos o grasa de más, te quejas. En el mismo baño o saliendo a tu habitación, te vistes lo más elegante o lo más desastrozo que puedes, te miras al espejo, combinas todo perfectamente bajo tu concepto de perfección; miras por la ventana, arrugas el entrecejo, te miras otra vez al espejo y te pones desodorante y quizás perfume, te peinas, agregas accesorios al perchero y luego, al fin: una última mirada en el espejo. Sí.

Cuando terminas este proceso te crees listo para ir frente al oráculo de Delfos, vas solemne, formulando la pregunta en tu mente, sintiéndola danzar en tu lengua. Sonríes al verla allí luego de una caminata, le preguntas:

—Mamá, ¿crees que vaya a llover?

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la imagen es "la gran diosa" de Max Klingler (su apellido es como nombre de pokémon)

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