Parpadea irónica, esperando su turno
para convertirse en un destello
tal vez
en movimiento
en deseo
en nada,
una estrella verde
que se apaga
que se prende
en los mantos de la noche empapada
en los sudarios del día enlatado
en las horas que pasan por la cañería
y las cañerías
intestinos de metal
o piel viscosa,
pegajosa es la palabra que resbala por el silencio de una habitación
que nunca ha tenido el placer de tu presencia
ni lo tendrá
pobre el aire tras tantas promesas de ser respirado
y suspirado
por ti
se conforma con tu nombre, el buen nombre
¿no ves que cada aliento es un boca-a-boca?
shhh
mientras te hable, cada punto será un a punto de besarte
estrella incendiaria
¿por qué te has dejado caer en mis palmas?
me da comezón y estoy transpirando.
Tengo una estrella entre las cejas,
una estrella verde en cada pupila, fija
y cada pupila es negra
y a veces, cada pupila es verde, como una sombra artificial
césped vendido por litros
kilómetros de plástico
centímetros envasados en una palabra
eternidad
comprada
regalada
pero la eternidad es una estrella
y es verde
adivina adivinador
cuándo la estrella se apaga
cuándo se prende
qué significan las despedidas,
y qué significa la vida,
cuando el adiós es silencio
o se trata de uno rabioso
con espuma blanca de mar sin sirenas
ni trampas lujuriosas
descifra el retrato del orgullo
mientras yo me hiervo la sangre
y te doy una pista: la-grima
susúrrame la respuesta, mientras la estrella verde se enciende
y llega ella montada en su lomo
libre y terrible
como una cometa
Tal vez, solo se le cayó el internet.
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