viernes, 22 de marzo de 2013

Malinterpretación

Se equivocan al suspirar por los poemas de amor,
¿no ven el intento de exterminio que, frustrado, se marcha arrastrando los pies?
puñetazo a puñetazo, van sangrando las palabras
y entre ellas, tímido
se va asomando el parásito
un golpe tras otro,
con la esperanza de sanar.

Es el amor, así le llaman,
el huésped que más deudas acumula en esas almas que,
se deshacen en artilugios para contentar una inquietud del estómago y las rodillas temblorosas,
de las miradas esquivas y los suspiros ahogados en un papel mal doblado: dedos blancos cruzados con fuerza frente a la boca,
temiendo que vaya a explotar.

Pobres esas personas que lanzan todos sus órganos contra el teclado gastado, 
con la huella dactilar reemplazando, poco a poco, aquellas letras que, 
ahora,
van apareciendo solo por placer,
y el dolor es tan placentero
y el dolor tiene tan buena memoria.
Esperan los enfermos el atardecer de sus emociones,
temiendo al lápiz y al papel
que podría terminar esbozando un sueño,
desenvainando una espada,
un rostro,
una llamada desesperada en espacio de nadie, de nada, en el universo de los versos borrados.

Poemas de amor,
suicidas cobardes que se desvelan dudando, al borde de una ventana en el primer piso
asesinos que fallaron y que volverán a fallar cuantas veces se propongan ver sangre,
caminantes que decidieron perderse en un rincón del mundo creyendo saber lo que hacen,
creyendo elegir quien habrá de morir apuntando con tinta, mirándose al espejo.

¡Es tan difícil matar al amor!
y los poemas solo enfurecen al olvido: se escapa.
No, no es una broma
¿Cuántas veces he corrido tras él?
las que me has visto abrazando el suelo,
cayendo entre cada antónimo y falta de ortografía,
entre las mentiras que saltan desde tu lengua inerte y tus despedidas inconclusas,
sumergiéndome en la espuma de las hojas revueltas, repletas de un nombre que alguien grita y calla.

Es un poema de amor el asesinato del futuro
la solución a la hambruna del espíritu y a la obesidad lírica,
es un poema de amor el que te hace llorar por las noches, cuando extrañas una voz entre sueños
es  lo que más odias cuando las estrellas deciden morir en tu estómago
es aquello por lo que debes sentir lástima cuando te despiertas y las noticias anuncian chubascos,
por lo que reirás cuando me veas la cara,
por lo que me debes abrazar cuando, nerviosa, busque por un lápiz,
con la necesidad de morir diciendo tantas cosas y con el miedo a que no salga nada
o peor aún, sabiendo que el resto estará leyendo mi muerte y no sabrá que hacer,
además de suspirar.

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